viernes, noviembre 17, 2006

siulo

Cimiento, de cara al subsuelo en terreno fantasmagórico y alucinógenos insectos devorándome, entre un techo de silencios contraídos hacia un centro de cenizas. La locura se ve tierna a veces, en formatos indicustidos o en retinas pobladas de singular daltonismo. Sin embargo, el perímetro que me condena y me atrapa no me deja tocar ni un centímetro del suelo, aunque esté divulgando mis metáforas, o pidiendo permisos a un hombre sin rostro, no siento los pies en la tierra, aunque ande descalzo, casi no me aferro a nada, sólo espero que me cicatricen las alas para volver a elevarme tranquilamente otra vez, sin tener que odiarme por haber bajado, sin mirar con asco hacia abajo otra vez. Creo que ya aprendí una buena lección. Aunque el dolor jamás se irá. Ni en un torbellino de ideas, que me atrape el viento nuevamente, nueva-mente... Si-miento...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Elevar el alma hasta el espacio cideral, volar sin alas, soñar despierto y amar sin amar... apegarse a lo fisico y no a lo eterno... palabras al azar, locura... es loco aquel que no acepta su locura... quien dice que los cuerdos no son aquellos que habitan en un cuarto racio, con olores nauseabundos y oscuridad de estrellas y voces inexistentes???... encerrados bajo 7 llaves, 7 puertas, 7 muros, 7 techos, 7 suelos... quien dice que 7 es el numero de la suerte??...locura??... quien dice que esto no es locura???...

Ale Stuardo dijo...

gracias por firmar...