miércoles, septiembre 10, 2008

avalanchasinsentido

...y el crepúsculo adormilado cerró la gran compuerta de dudas,
se desvaneció la campana de los sarcasmos psicodélicos
y reventó la gloriosa tempestad implacable.
Se desatan las caricias tenebrosas detrás de una nube de insanas comezones,
las sombrías paredes del durazno poco tienen ya de su antiguo sabor.
Lentamente una voz se cuela por una de mis ventanas,
zumba y calma la ansiedad sin dirección,
me habla al oído, ofrece y pide ayuda.
Quiere que juntos evitemos la redención de la mariposa bicolor
que alguna vez compartió sus secretos de colores.
Ya no sé si aceptar tan disonante odisea,
que el castigo sea peor que la intención,
o la omisión de la conciencia ante el desahucio.
Ya estoy cansado,
preferiría podrirme de impaciencia antes que levantarme a revertir los destinos que las horas malditas han traído a mis pies.
Niego tanto las habitaciones vacías de mi vida,
que los negros suspiros se apoderan de mi piel y me desvanezco...
Me reintegro y me entrego a la porfía estúpida de creer para ver,
de desarmar la hipocresía
con un látigo que borre los horrendos recuerdos
que aún quedan pegados bajo sus alas
y acariciar tal vez el momento en que culpé mi voz por el abismo construído.

(09-06-08)

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