miércoles, septiembre 10, 2008

avalanchasinsentido

...y el crepúsculo adormilado cerró la gran compuerta de dudas,
se desvaneció la campana de los sarcasmos psicodélicos
y reventó la gloriosa tempestad implacable.
Se desatan las caricias tenebrosas detrás de una nube de insanas comezones,
las sombrías paredes del durazno poco tienen ya de su antiguo sabor.
Lentamente una voz se cuela por una de mis ventanas,
zumba y calma la ansiedad sin dirección,
me habla al oído, ofrece y pide ayuda.
Quiere que juntos evitemos la redención de la mariposa bicolor
que alguna vez compartió sus secretos de colores.
Ya no sé si aceptar tan disonante odisea,
que el castigo sea peor que la intención,
o la omisión de la conciencia ante el desahucio.
Ya estoy cansado,
preferiría podrirme de impaciencia antes que levantarme a revertir los destinos que las horas malditas han traído a mis pies.
Niego tanto las habitaciones vacías de mi vida,
que los negros suspiros se apoderan de mi piel y me desvanezco...
Me reintegro y me entrego a la porfía estúpida de creer para ver,
de desarmar la hipocresía
con un látigo que borre los horrendos recuerdos
que aún quedan pegados bajo sus alas
y acariciar tal vez el momento en que culpé mi voz por el abismo construído.

(09-06-08)

Pésame

Y te vas entre frustraciones y condenas,
bajo el eterno sigilo pedregoso
y los sinsabores terrenales de las causas y los efectos.
Se intentó mutar,
salvaguardar las escenas antaño incorruptibles y febriles
que sólo olían a caminatas divergentes sobre la alegre acera de enfrente.
El daño fue insostenible y destructivo,
cancerígeno y maligno,
corrupto y devastador.
Nada pudo hacerse,
aunque nos emanara de a poco un sollozo limítrofe de sinceridad
y angustia remitida sin destinatario.

Y me voy perdido en una noche quebrada por las interpretaciones del silencio,
junto a la locura postiza que nos derrapó la ansiada y vertiginosa aventura.
Se intentó huir del ruido mundano y contaminante con cobertura de amistad.
El desconcierto fue intrépido, casi un holocausto.
Dejó heridos y otros en agonía.

Perdón es lo que buscan todos ahora.
Perdón es lo que pido.
(y hasta, tal vez, sea más benéfico el olvido)

Es humano !!

Pies de barro que se pegan en el piso,
no me ataquen la nostalgia demencial
no me dejen en la esquina de este infierno
que no he podido reparar

Pies de barro no sean freno de mis ansias
nocturnas
permitan que mi sueño se libere como antes
o que pueda recuperar la cordura somnolienta
que este castigo necio no resuelve

Pies de barro no detengan mi destino
no me hagan creer que aterricé
esta no es mi tierra por lo que he visto
ni por lo que visto
no me oculten de un buen día de oportunidad

Pies de barro suelten mi alma
ella también necesita volver (aunque de a poco)
a la verdad de mi coraza fatigada
y reciclada
para retornar al camino perdido
o al revés

Pies de barro lamentarán haber lllegado
en un momento inoportuno de extremas dudas
mañana el lodo secará
y el adobe sí, es resistente
pero no al taladro de las hojas
de mi libro abierto
por temporada de derrumbes y añoranzas...

(16-06-08)

Ya no va más

Irremediable.
Se acabó el conflicto.
Las nebulosas deberán quedar atrás,
guardadas sin sentido en un cofre del más duro material
que tenga en mi cerebro.
No persistiré.
No insistiré.
De hoy en adelante, hasta antes de retirar mi última huella,
presenciaré como cae todo al desierto gélido de las emociones
tras el muro impenetrable. Ese muro que veo cada día frente a mi.
Ya no oiré las voces.
Ya no correré descalzo como loco sin razones.
Huiré de los malos pronósticos y de sus propias indecisiones verdes aún.
Ya no soy el ángel.
Ya no más....

(11-06-08)

domingo, junio 08, 2008

Lúser

Casi ciego,
merodeo por los rincones claustrofóbicos de mi mente
nubosidad imparcial,
me atajan los sentimientos culpógenos extranjeros.
A perder se ha dicho
pero perder con locura
nefasta y sangrienta,
nunca hube de merecer tanta empatía y a la vez no poder aceptarla.
Incrédulo y sonámbulo otra vez.
No creo en las santas y puras falsedades que erigieron,
ni las que eligieron,
corrompo el sigilo estrepitoso que escondía en lo más entrañable.
¿Alguien se dió cuenta de las inoportunidades de salvarse?
¿Quién desorbitó los acentos del orden de mis palabras sin rumbo?
Se cae a pedazos cada gramo y cada parte de un ara que elaboré
en pos de la entrega y el encanto de una sonrisa intelectual.
Ya no podré llamar ni correr a destiempo por los pasillos inmunes de envidiosa envidia.
Ya no alcanzaré a descifrar las superficies elucubradas bajo los echos vespertinos
de los malditos días.
Otoño, hoy reniego que fuiste parte de la esperanza
cuando el viento espolvoreaba los pseudónimos a ras de vida,
cuando el canto de los paisajes acinturados no fueron capaces de devolverme,
devolverme a mí y en mí,
las ocurrencias rebeldes que trascendían después de los día a día nefastos.
Se me escurren los mañanas en la mente, en los futuros, en los presentes.