domingo, enero 20, 2008

esas mañanas...

... memorias,
me moría,
he muerto otra vez?
aún cuando pensaba que todo encajaba
ya nada es claro.
Todo es un gran acertijo.
Laberinto insospechado, incompleto y transversal.
Un vacío autoconfigurado.
Un embrollo, una desalineación de los astros.
Simplemente desaires paupérrimos son enviados a cazar su presa,
de manera dispareja... "dispareja" - ¡qué palabrota!
Designios, profecías, augurios... malos augurios.
Dolores de cabeza y falta de sueño, falta de sueños, esquivando sueños
adormecido de ellos mismos; y el semblante en transformación disecada y atropellada por la ira y la complejidad de las tardes de caminata a oscuras.
No más olfato dentro de los periplos de los ratos incansables, de las luces de las paredes de juegos y divisas.
¿Qué divisas?
Qué falta de escrúpulos.
A sabiendas de los vómitos de sangre y de la muerte del vagabundo, gira sin retorno junto al manto campesino, frío y cerdo, amarillo y tupido, estúpido y mordaz, que revolotea sin cesar en un mundo incomprendido y volátil que se bambolea sin eje y sin luz...
Espero que aparezca esa luz...
Hace falta...

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