viernes, diciembre 01, 2006

historia

Llovían los besos esa tarde, en nubes de labios muy partidos, con ráfagas de abrazos y truenos de suaves caricias...

Era casi otoño entre sus manos, sus ojos reflejaban el cansancio de las tardes eternas de somnolencia post trabajo. En sus bolsillos coleccionaba los boletos de las micros de ida y vuelta, como un filatélico/adicto, aunque jamás llegó a encuadernarlos. Sus zapatos cubiertos de polvo y largas caminatas dejaban aflorar una ventana hacia sus calcetines de uso semanal. Su ropa enfrascaba el perfume de los efectos del baño sabatino y su pelo ya no hacía reverencias al viento. Jamás pensó ir a la plaza aquel día. Menos si sabía que el pronóstico era chubascos en declive. Pero la búsqueda impulsiva por una moneda, para comprar el almuerzo, hizo que un puñado de boletos huyeran de su pantalón y fueran a caer a los pies, de tan hermosos pies....

(continuará)

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